Medallas acuñadas con el bronce del cañón
A principios de siglo se conservaba como un importante trofeo de la época de la Independencia, un hermoso cañón realista que, entre otros adornos, ostentaba una emotiva leyenda en homenaje al rey Carlos III. Considerando que este monarca falleció en 1788, podemos deducir que su fabricación, hecha por artesanos peruanos, debió datar por lo menos de la segunda mitad del siglo XVIII. Esta reliquia, que hoy enriquecería la colección de cualquier museo histórico, atravesó intacta todo el siglo XIX, respetada por los vencedores del Ejército real. Pero he aquí que, muchos años después de apaciguados los viejos rencores, alguien, imbuido de un fanático afán patrioterista, decidió destruir esta vieja reliquia española y con su bronce acuñar diversas medallas conmemorativas. Era el año 1902 y la primer pieza fue de inauguración del monumento a San Martín en Santa Fe, otra medalla fue acuñada en 1906 para conmemorar la repatriación de los restos del general Las Heras. La medalla sanmartiniana lleva en su anverso el busto del prócer y en su reverso la leyenda: "EL EJERCITO DE LA NACION / A SU GLORIOSO CAPITAN".- Debajo, en letras más pequeñas: "METAL DEL CAÑON / "ASOPO" / TOMADO EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA". Aparece reproducida en Caras y Caretas del 1° de noviembre de 1902, bajo el titulo de: "Las medallas conmemorativas del monumento a San Martín" y el texto dice así:
"Acaba de ser acuñada la artística medalla con que el ejército de la nación se ha asociado a los festejos que se celebraron en Santa Fe con motivo de la inauguración del monumento a San Martín, erigido en la plaza principal de aquella ciudad. Lleva como fecha la de inauguración, 30 de octubre de 1902, y se hace constar en el reverso que ha sido fundida con el bronce del cañón "Asopo", trofeo de la Independencia que se hallaba en el Parque de Artillería. El "Asopo" era un canon que llevaba dedicatoria al Rey Carlos III y que había sido hecho en las fundiciones del Río Tinto, siendo uno de los muchos que quedaron aquí en el país después de la Independencia. El bronce de que estaban hechos era riquísimo. Cualquier golpe que se daba sobre la piezas las hacía sonar como una campana".-
A principios de siglo se conservaba como un importante trofeo de la época de la Independencia, un hermoso cañón realista que, entre otros adornos, ostentaba una emotiva leyenda en homenaje al rey Carlos III. Considerando que este monarca falleció en 1788, podemos deducir que su fabricación, hecha por artesanos peruanos, debió datar por lo menos de la segunda mitad del siglo XVIII. Esta reliquia, que hoy enriquecería la colección de cualquier museo histórico, atravesó intacta todo el siglo XIX, respetada por los vencedores del Ejército real. Pero he aquí que, muchos años después de apaciguados los viejos rencores, alguien, imbuido de un fanático afán patrioterista, decidió destruir esta vieja reliquia española y con su bronce acuñar diversas medallas conmemorativas. Era el año 1902 y la primer pieza fue de inauguración del monumento a San Martín en Santa Fe, otra medalla fue acuñada en 1906 para conmemorar la repatriación de los restos del general Las Heras. La medalla sanmartiniana lleva en su anverso el busto del prócer y en su reverso la leyenda: "EL EJERCITO DE LA NACION / A SU GLORIOSO CAPITAN".- Debajo, en letras más pequeñas: "METAL DEL CAÑON / "ASOPO" / TOMADO EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA". Aparece reproducida en Caras y Caretas del 1° de noviembre de 1902, bajo el titulo de: "Las medallas conmemorativas del monumento a San Martín" y el texto dice así:
"Acaba de ser acuñada la artística medalla con que el ejército de la nación se ha asociado a los festejos que se celebraron en Santa Fe con motivo de la inauguración del monumento a San Martín, erigido en la plaza principal de aquella ciudad. Lleva como fecha la de inauguración, 30 de octubre de 1902, y se hace constar en el reverso que ha sido fundida con el bronce del cañón "Asopo", trofeo de la Independencia que se hallaba en el Parque de Artillería. El "Asopo" era un canon que llevaba dedicatoria al Rey Carlos III y que había sido hecho en las fundiciones del Río Tinto, siendo uno de los muchos que quedaron aquí en el país después de la Independencia. El bronce de que estaban hechos era riquísimo. Cualquier golpe que se daba sobre la piezas las hacía sonar como una campana".-
No hay comentarios:
Publicar un comentario