Anécdota de los sangrientos fusilamientos
Época: Guerra del Paraguay
Una de la más terrible y sangrienta batalla librada en éste continente fue la de Tuyutí durante la guerra del Paraguay gobernado éste país por el sanguinario tirano y Mariscal Francisco Solano López. Terminada la batalla, muchos aliados quedaron prisioneros en poder de los paraguayos e inmediatamente López ordenó el fusilamiento. Fueron colocados en varias filas frente al pelotón y un oficial ordenó la primera descarga donde varios soldados cayeron. Al momento, uno de los caídos se levantó y ocupó nuevamente su puesto al lado de sus camaradas que todavía estaban de pie. Otra nueva descarga del pelotón deja sin vida a otros tantos valientes, pero una vez más se incorpora el mismo oficial y pasa a ubicarse entre los sobrevivientes. Se trataba del Capitán uruguayo GONZALO LAGUNA, quien recibe una tercera descarga que lo da por tierra y sorprendentemente se incorpora por tercera vez tambaleante y cubierto de sangre por las heridas recibidas. A la nueva orden de abrir fuego, cae Laguna y las últimas víctimas, y en medio de los cadáveres, ya sin poder pararse, se sienta y grita a los verdugos paraguayos: ¡Vaya unos tiradores...Denme una carabina para fusilarme yo mismo!... escuchándose un último disparo aislado cayendo el héroe para siempre.-
Época: Guerra del Paraguay
Una de la más terrible y sangrienta batalla librada en éste continente fue la de Tuyutí durante la guerra del Paraguay gobernado éste país por el sanguinario tirano y Mariscal Francisco Solano López. Terminada la batalla, muchos aliados quedaron prisioneros en poder de los paraguayos e inmediatamente López ordenó el fusilamiento. Fueron colocados en varias filas frente al pelotón y un oficial ordenó la primera descarga donde varios soldados cayeron. Al momento, uno de los caídos se levantó y ocupó nuevamente su puesto al lado de sus camaradas que todavía estaban de pie. Otra nueva descarga del pelotón deja sin vida a otros tantos valientes, pero una vez más se incorpora el mismo oficial y pasa a ubicarse entre los sobrevivientes. Se trataba del Capitán uruguayo GONZALO LAGUNA, quien recibe una tercera descarga que lo da por tierra y sorprendentemente se incorpora por tercera vez tambaleante y cubierto de sangre por las heridas recibidas. A la nueva orden de abrir fuego, cae Laguna y las últimas víctimas, y en medio de los cadáveres, ya sin poder pararse, se sienta y grita a los verdugos paraguayos: ¡Vaya unos tiradores...Denme una carabina para fusilarme yo mismo!... escuchándose un último disparo aislado cayendo el héroe para siempre.-
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